Valores de la Masonería en el siglo XXI

Complicada reflexión la que se nos plantea para la tenida de hoy, puesto que tal y como venimos arrancando el siglo XXI, quién es aquel que se atreve a vaticinar lo futurible.
Vivimos un mundo apresurado, sin pausa ni espacio para otear perspectivas venideras, donde cada día perdemos más instrumentos de diálogo, donde achicamos los huecos al remanso de un pensamiento sereno, lúcido y critico.

Con este panorama, ¿Qué valores imperarán en la masonería del siglo XXI? Creo que para mí el inicio a la respuesta de esa pregunta me lleva a aquello que siendo muy joven leía del filósofo Salvador Pániker, y que he de reconocer que entonces no entendía plenamente, y que él llamaba retroprogresión. Adivinaba que los caminos hacia el mayor progreso discurrirían por direcciones hacia el origen, hacia lo simple.

¿Y para mí qué significado tiene esa expresión aplicada al tema que nos incumbe en la tenida de hoy?
Pues es relativamente sencillo de explicar y no tanto de practicar. Creo que uno de los grandes valores para la masonería venidera es la comunicación, en un sentido tan amplio como del que seamos capaces de entender. La relación que mantiene con ese origen que mencionaba antes es que a mi entender la transmisión de los propios valores, del conocimiento, del sentido o sentimientos es algo que se va diluyendo al paso de los años. Entiendo que ni fraternidad, ni camino iniciático, ni trascendencia pueden llegar a acercarse a nuestro pensar y sentir si no existe una buena comunicación, ya no solo mediante la palabra, sino también a través del símbolo.
Adolecemos todos de falta de profundidad, de carencia de empatía plena con lo comunicado. Quizá sea por la falta de tiempo, pero la rotación voraz de nuestras vidas nos roba el esmero debido al entendimiento sentimental y racional de lo comunicado.

Esto afecta a la masonería, a nuestro camino iniciático a la luz porque como bien sabemos en nuestra orden todo es símbolo, y ese símbolo comunica una realidad que debemos atrapar y cuanto de peor calidad sea esa comunicación menos alcanzaremos el Oriente, más perdidos andaremos en nuestro propio renacer.
Esa comunicación masónica en mayor parte es con nosotros mismos. Hasta qué punto ese diálogo del símbolo traspasa nuestra razón y nos impregna, nos mueve hacia. Cómo evitar el autoengaño y la trampa en la que a veces nos dejamos enredar. La clave para mí es una profunda, transparente y continua comunicación.

La palabra, el lenguaje, el símbolo son definición misma de nuestra especie. Su uso elevado nos ha llevado a grandes progresos. Su prostituida utilización nos hace retroceder. No hay templo que construir, fraternidad que cuidar, o herramientas que aprender sino hay comunicación sencilla, profunda, trascendente, atenta de lo que sentimos y significamos, aunque ello sea lo errado, puesto que no volverá la luz a nuestro camino a menos que no exista esa transparencia, sobre todo para con nosotros mismos.
Alguna vez he leído que el afamado psiquiatra Luis Rojas Marcos mencionaba la importancia personal que tenía que cada ser humano fuera capaza de hablar consigo Respetable Logia Simbólica Phoenix 31 mismo. Incluso en voz alta, advertía. ¡ Cuántas veces nos habrán dicho de pequeños que eso es de locos!

A mayor complejidad vital, creo que más sencillez en el planteamiento. Se trata de enunciar en voz alta nuestro pensamiento y nuestro sentimiento a fin de que nosotros mismos lo rebatamos y lo confrontemos. De ese desmenuzamiento podremos seguir caminando y construyendo para con uno mismo y para con los demás.

A la par que voy escribiendo me doy cuenta que es difícil. No sé si estoy siendo capaz de expresar todo lo que siento y quiero decir. Es laborioso trasladar esquemas de una forma serena y sencilla para que alguien se acerque a asimilarlos y se pueda dialogar respecto a ello. Comunicarse de forma seria y profunda siempre me pareció complicado por cuanto exige valentía y determinación. Quizá por eso pienso que es esto, la comunicación, uno de los valores para la masonería del siglo XXI, y por supuesto para la sociedad misma. Antes de perder nuestra identidad en manos de algoritmos que predigan y decidan por nosotros debemos retroprogresar para poner en valor el germen
definitorio de nuestra especie que al estructurarlo complejamente lo hemos terminado por desvirtuar por completo de su profunda carga vital, racional y sentimental.

Hay una frase del evangelio de San Marcos que a mí siempre me gustó mucho y que rezaba tal que así (…)” una palabra tuya bastará para sanarme” (…) Eso resume de alguna manera lo que quería exponer hoy en mi reflexión.

Rubén Prada

2 comentarios en “Valores de la Masonería en el siglo XXI”

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